martes, 23 de octubre de 2007

Van a querer o la tiro?

Pues acá reportándome desde un escondite de la maldita lluvia moja-pendejos y del frío que cada vez me hace sentir peor, esto gracias a la mentada enfermedad que cargo causada por una cruda infeliz y una serie de malas acciones tomadas en la peda
(por ejemplo: caminar en mas lluvia…).

Así es amigo lector; me esta llevando la mismísima de nuevo, tal como lo hace cada inicio de semana. Creo que es solo en este estado y las variaciones del mismo, que me animo a escribir para esta madre. Pensaba escribir ayer pero me la he pasado en drogas gracias a un jarabe retacado de antihistamínico que no me han dejados hacer mucho, mas que a ratos ver el maratón de los Simpson.

Como todo buen fin de semana…me puse pedo (a pesar del disgusto de mi padre, que cada vez se queja mas y menos lo escucho), pero que fue distinto este fin de los otros.

Para empezar me encabrone con todos el viernes en la mañana, resulta que todo mundo saca boletos pal motorkr de repente, evento que le dio en la madre a mi plan de fin en D.F. por lo tanto saliendo de la escuela me dirigí a Observatorio, tome un camión a Tenancingo (nunca pasen por ese lugar) y fui a visitar mi vieja escuela. En esta me recibieron cual héroe de guerra (y que bueno…10 años en ese lugar mínimo una estatua por aguantarlos). Después de unas platicas con directores, profesores, secretarias y personas desagradables tome rumbo a Malinalco.

Con la esperanza en el aire que me rodaba ad e poder tener una comida con mi padres tranquila, sin malestares de cruda ni enojos de por medio arribé a mi casa. Y como todas las cosas que hago de sorpresa, salio todo mal. Mis padres me saludaron y se marcharon a una comida. No me quedo mas remedio que medio alimentarme y chelear en la terraza hasta que empezó a tronar el cielo. Fue en ese momento cuando decidí partir al centro a tomar mezcal.

Pilongo estaba trabajando, escuchando música y platicando conmigo mientras que yo bebía de un mezcal bastante dulce para haber sido de don Cipriano (luego les cuento de el). Los truenos cortaban la armonía de la música cuando de pronto esta se corto de golpe, la luz se fue y como era de esperar…una tormenta estilo machin de ese que caen en mi pueblo azoto contra nosotros.

En el bar solo se escuchaba a una pequeña niña intentando decir “agua! agua!” de lo cual nomás se escuchaba “gua gua” , el pedo es que no soy tan paciente con los chamacos y el pinche ladrido de la criatura en cuestión me estaba haciendo enfadar, porque ni ella se callaba ni la pinche “gua” dejaba de caer. Hasta que como 45 minutos después la luz se hizo! Nunca había sonreído tanto al escuchar unas bocinas tronar con la primera oleada de sonido. En fin, la niña se fue, mi mexcal se termino y yo me salí en busca de otro bar.

Al parecer los dueños de bares son como arañas….llueve y se guardan porque estaba todo cerrado.

- ni pedo a echarme unos tacos mínimos.

En ese momento vi que el “Pelao” estaba todavía como perro mojado acurrucado en una esquina con lona.

- que buen pedo pelao pensé que te habías ido con la lluvia como todos los demás.

- Nambre pelao acá seguimos.

NOTA: Ver el final de la redacción para más información sobre el Pelao.

Los tacos como siempre (y a pesar de que digan los doctores de mty) estaban re buenos y pues a demás con los comentarios del Pelao pues mas chistoso todavía. Fue a media risa cuando una voz rompió con el momento.
-que onda wero un tequilita?

-no gracias

WERO UN TEQUILITA??

-eer bueno si porque no (voz temblorosa)

El sujeto ere una persona joven con aspecto que venia hasta la madre y actitud de la misma manera. Venia acompañado por otro ente que nomás no cooperaba pa nada, nomás se medio movía pa un lado y pa otro.

Llegaron en una pick-up con 2 cabrones jetones en la caja, empapados y borrachísimos, cabe mencionar que una de las puertas del vehiculo venia toda vomitada.

El chiste es que este cuate saco una de las botellitas de tequila que te regalan con las de litro y medio. Agarro un vaso de platisco, le metió la cuchara de la cebolla y cilantro para sacarle no se que madres y de paso dejarle un olor poca madre a taco; comenzó a servirme una tras otra hasta que nos chingamos el plomo entre el pelao y yo. Lo admito, el tequila me pone hasta la madre tonces con un cuarto de litro si me puse jaladon. Al terminar la botella los individuos tomaron su tumbo y se alejaron; yo medio recuerdo haberle pagado al taquero mientras decía que me debía un taco o algo así y comencé a caminar calle abajo con rumbo mi casa.

En el camino me tope con que un bar si estaba abierto, les contaría que paso en este bar pero la verdad recuerdo las 2 primeras chelas y después ya estaba caminando pederrimo como a las 3 de la mañana por las calles del pueblo, con ese zigzag tan característico de una persona que viene alcoholizada.

Ficha Técnica.
Nombre: Sixto a.k.a. El Pelao
Edad: entre 40 y 50.

Cualidad: Con años de experiencia como taquero en Mali, El Pelao se ha creado una muy buena reputación, a demás de tener ya una característica forma de anunciar su llegada… haciendo un cagadero con su claxon por todo el centro del pueblo.

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